domingo, 24 de febrero de 2008

Orson Wells (1915-1985)


Intentaremos en unas pocas líneas decir quién fue Orson Wells. Sólo con oír su nombre nos viene a la cabeza "Ciudadano Kane" o "La guerra de los mundos". Quizá nos olvidamos del gran maestro indiscutible que fue para los medios de comunicación, pero puede decirse que su vida estuvo dedicada a ellos, teatro, radio, televisión, etc.

Fue director, actor, guionista y productor. Podemos considerarlo un genio del cine. Fue uno de los mayores impulsores del Séptimo Arte y todo lo que este conlleva. Esto hizo que fuera un pionero en la estética del cine y sus recursos narrativos. Se atrevió a innovar y renovar conceptos, nos dejó un legado de películas imaginativas y llenas de fuerza. Además llego a ser un personaje muy influyente en su tiempo.

Inicios:

La primera aproximación de Wells al mundo del espectáculo fue como actor de teatro. En 1918 debuto en una representación de "Sansón y Dalila" en la ópera de Chicago. A los 10 años de edad adaptó, dirigió e interpretó él mismo "Doctor Jekyll y Mr. Hyde" en un camping de Indianola, además de "Scoorge" de Dickens en la Washington Grade school de Madison. Por supuesto hizo méritos para ser considerado un adolescente prodigio. Tras graduarse, trabaja como actor y en la puesta de escena de algunos espectáculos de las compañías Dublin Gate Theatre y Abbey Theatre en Irlanda.

Cuando en 1933 regresa a Estados Unidos es ya un magnífico intérprete que manifiesta su carácter inconformista y que no quiere limitarse a actuar. Empieza a trabajar en distintos ámbitos artísticos al mismo tiempo: dirige espectáculos contratado por la actriz Katharine Cornell; trabaja por primera vez en la radio, en la emisora CBS donde hace una adaptación de relatos literarios e históricos para The American School of the Air ; publica junto con Roger Hill Everybody´s Shakespeare, libros de teatro en los que versiones de dramas de Shakespeare se acompañan de ensayos de sus actores e ilustraciones originales de Wells. En su primer reto con el cine dirige el cortometraje de 5 minutos "The Hearts of Age" (1934).

En los cinco años siguientes sus actividades se centran en el teatro. En 1936 el productor Jonh Houseman le deja participar en el Federal Theatre y realiza allí: una versión de Macbeth sólo con actores negros o caracterizados como tal, Un sombrero de paja de Italia y Doctor Fausto. Los primeros problemas surgen cuando Wells y Houseman invitan al público a asistir a la lectura dramática del musical "The Cardle Will Rock" que el gobierno habia prohibido por razones políticas, obviamente se ven obligados a abandonar el Federal Theatre y en 1937 crean el Mercury Theatre con el que wells monta cincuenta espectáculos en dos años. Al mismo tiempo sigue participando en adaptaciones radiofónicas para la CBS llamadas Mercury Theatre on the Air. Dentro de esta serie se enmarca la famosa trasmisión de "La guerra de los mundos" en 1938.

Algo diferente

Ya en esta primera etapa Wells nos deja claro que no va a seguir las normas de los demás. Sus espectáculos son innovadores y distintos. Unen lo popular con lo considerado superior. En lo teatral cambia y corta los diálogos que no le gustan e innova con efectos sonoros y de luces en su puesta en escena. En la radio utiliza por primera vez la trasmisión en primera persona, siendo precursor del recurso de la voz en off.

El cine

En 1939 se traslada a Hollywood y firma un contrato con la productora cinematográfica RKO. Esta productora no es de las más grandes en ese momento, pero sí la más creativa, y le concede a Wells libertad total a la hora de hacer sus películas. Por su parte, éste ya tenía en mente una revolucionaria manera de rodaje.
Tras barajar varias posibilidades, su debut se realiza finalmente con "Ciudadano Kane" (1941). Cuenta el ascenso y caída Charles Foster Kane, un magnate de la prensa interpretado por el propio Kane. Destaca su compleja realización técnica, lo novedoso de su montaje y su distinta puesta en escena. La película es recordada por su fracaso en taquilla debido a la mala campaña de distribución que tuvo. A pesar de lo cual recibió nueve nominaciones a los oscars. Su segunda película con RKO fue "El cuarto mandamiento". El resultado fue estupendo a pesar de los cortes que la productora introdujo sin el conocimiento de Wells. Su nuevo fracaso en taquilla motivó la salida de Wells de la productora. Cabe decir que Wells relego el rodaje de esta película a un segundo equipo ya que estaba también participando como actor y productor en "Estambul" (1942) y otras colaboraciones en películas como "Alma Rebelde" (1944) y "Duelo al Sol" (1946) .

Sigue con su trabajo en la radio para la CBS y colaborando como periodista y conferenciante político cuando hace su tercera película como director: "The stranger" (1946). En ella se narra la búsqueda y el intento de identificar a un criminal de guerra nazi. Wells trabaja junto al productor San Spiegel y la única libertad que se le concede es en el campo de la imagen, por lo que muchas de sus ideas son rechazadas.

La siguiente será "la Dama de Shangay" (1948), película que Wells aceptará dirigir para financiar un préstamo hecho por el presidente de Columbia, y que parece brindarle una nueva oportunidad. Los productores no dejan al realizador la libertad que el desearía para dar verosimilitud a la historia, aún así éste se apoya en los diálogos para reflejarlo. A estas alturas Orson Wells está ya bastante desencantado de la exigencias de Hollywood. Como reconocido admirador de Shakespeare se propone realizar una trilogía sobre sus obras que empieza con "Macbeth" (1948). El fracaso comercial de esta película hace que emigre a Europa.

Europa

En nuestro continente rodaría películas y trabajaría como actor en numerosas producciones. Su objetivo es conseguir fondos para autofinanciar sus produccuiones. En su etapa europea destacan títulos como: "El Tercer Hombre" (1949); la segunda parte de su trílogia Shakesperiana: "Otelo" (1952) que se realizó en Italia y con la que ganó el festival de Cannes; o "Mr. Arkain" (1955) rodada con financiación española, película en la que un millonario contrata a un aventurero para que investigue sobre su pasado y que recuerda en su concepción a "Ciudadano Kane", pero no tuvo el éxito de su antecesora.

Tras diez años lejos de Hollywood y después de algunos trabajos para la televisión, su regreso se presenta con "Sed de mal" (1958). La historia se centra en la confrontación personal de dos policías, uno mexicano y otro estadounidense. La mano de Wells hace que se aprecie la tensión racial existente y posibilita la realización de planos impensables para otros con su indudable maestría. A pesar de la intervención de la productura Universal nos queda la excelente elaboración de planos y ritmo con la que Wells dota a la cinta.

A pesar de este gran acierto Wells, vuelve a trabajar en Europa donde comenzará su proyecto inconcluso de "Don quijote" (1955-1972). Otro de sus proyectos encargado por el productor Michael Salkin es "El Proceso" (1961), adaptación de una obra de Frank Kafka. Algo falla en esta película que, sin dejar de ser fiel al espíritu de su director, no tiene la fuerza de otras de sus creaciones. Entre tanto, Wells colaboraría como actor en otras tantas producciones como "Impulso criminal" (1959).

La culminación de su triología sobre Shakespeare es la película "Campanadas a medtianoche" (1965). Es un proyecto muy personal y logrado, cuyo guión esta basado en diversas obras del dramaturgo inglés. Se cree que en ella refleja a través del personaje principal su propio fracaso como hombre y cineasta. Posteriormente rueda para la televisón fracesa "Una historia inmortal" (1968). Los críticos dicen que se puede apreciar la perfección en esta película.

Reconocimiento

Como suele pasar con los grandes géneros, esta etapa de grandeza le llega a Orson Wells al final de su vida. Su grandeza es apreciada por todo el mundo y se suceden los homenajes y premios: el Film American Institute le concede un prestigioso premio a toda su carrera. Se solicita su colaboración en universidades y la presencia de su voz o su aparición en pequeños y grandes proyectos. Aún así los productores no parecen estar deacuerdo y le niengan la posibilidad de volver a estar tras la cámara, a pesar de lo cual no deja de escribir guiones y proyectos.

Nos quedan de esta época dos obras que logró llevar a término: "Fraude" (1973) y "Filming Othello" (1977). Éstos no son ficción narrativa sino ensayos cinematográficos en los que reflexiona sobre el oficio en el Séptimo Arte.

Es posible que la tosca obsesión de Wells por la perfección en todo lo que hacía haya echo que no finalizara la mayoría de sus proyectos. Esto se une a su mala suete y a la incomprensión por parte de los productores de Hollywood, que quizás no supieron apreciar a quien hacia algo diferente. Por suerte Wells no dio su brazo a torcer y aunque, no todo lo extenso que podría haber sido, conservamos algo de su arte.

Fuentes:

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