lunes, 25 de febrero de 2008

M. C. Escher




Maurits Cornelis Escher (1898-1972) es uno de los artistas del siglo XX más admirado por el gran público. Su nombre en la actualidad aún pasa desapercibido, pese a que la gran mayoría de los usuarios de la mensajería electrónica hayan recibido alguna vez un documento multimedia con las obras de este artista. Pues bien, es el momento de hacer honor al don de Escher y por fin identificar sus obras.

La relatividad (1953) es una de sus obras más conocidas e influyó en el rodaje de la película El laberinto de Jim Henson (1986).

M.C. Escher nació el 17 de junio de 1898 en Leenwarden (Holanda), era hijo de un ingeniero hidráulico. No fue precisamente un estudiante muy brillante, por ello repitió dos veces. La única asignatura que le estimulaba era Dibujo. Su profesor F.W. van der Haagen le enseñó la técnica de los grabados en linóleo y fue una gran influencia para Escher.

Bajo presión paterna, Escher comenzó a estudiar en la Escuela de Arquitectura y Artes Decorativas de Haarlem, pero no tardó en abandonar sus estudios para adentrarse en el aprendizaje de la técnica del grabado en madera o xilografía de Samuel Jesserun de Mesquita, su maestro y máxima influencia.

Entre 1922 y 1935 se trasladó a Italia, en principio de vacaciones, pero después acabaría residiendo en Roma una larga temporada. De Italia le gustaban el clima y los paisajes. En 1924 en un viaje conoció a Jetta Umiker, quien se convertiría en su futura mujer y con quien tendría tres hijos.

Pero debido al tenso clima político que se avecinaba, Escher tuvo que abandonar Italia. En este período de su vida no tuvo una residencia estable, sino que viajó por varios lugares que no le inspirarían nada, como Suiza. Volvería a Italia esporádicamente, visitó Bélgica y también España, concretamente Granada y Córdoba, ciudades cuya belleza le dejaron asombrado. Tal fue así, que tanto la Mezquita de Córdoba como la Alhambra de Granada se reflejarán más tarde en sus trabajos relacionados con la partición regular del plano.

En 1941, huyendo de la 2ª Guerra Mundial, se muda a Baarn (Holanda). Allí viviría junto a su esposa y sus hijos. Hasta 1951 no se dedicó al comercio de sus grabados, había estado dependiendo económicamente de sus padres. Pero su lanzamiento al mercado fue bastante fructífero. Generalmente hacía copias de litografías y grabados por encargo, aunque también diseñó sellos, portadas de libros y algunas esculturas.

Debido al constante mal tiempo de Holanda, Escher deja de lado los grabados de paisajes y se centra más en su propia mente. Es un período en que su producción es muy regular. Es el comienzo del estudio geométrico y matemático que hace Escher para realizar sus obras.

Day and night (1938)

Entre 1955 y 1962, Escher realizará sus trabajos más complejos y minuciosos, en los que figuran las arquitecturas imposibles. Tras el año 1962, sufrió una operación que debilitará su salud y en consecuencia disminuirá su producción. En 1972, Escher fallece en el norte de Holanda.

Belvedere (1958), una clara muestra de las Arquitecturas Imposibles.

A lo largo de su vida, Escher realizó más de 400 litografías y grabados en madera, y unos 2.000 dibujos y borradores, pero acabó destruyendo algunas de las planchas para que no se realizaran más reproducciones de sus originales. Después de su muerte, muchas de sus obras fueron vendidas masivamente y esparcidas por el mundo, aunque queda un grupo importante expuesto en el Museo Escher en La Haya, Holanda.

Escher: un artista diferente

La gran mayoría de expertos y críticos coinciden en que Escher resulta difícil de clasificar dentro de los movimientos artísticos. No pretende transmitir mensajes ni sentimientos, no le interesaba mucho la realidad ni la humanidad, sino que prefería plasmar situaciones, juegos visuales y guiños al espectador, todo aquello que pasaba por su imaginación y creía digno de mostrar al público. Según expertos, la obra de Escher se caracteriza por su dualidad y la búsqueda del equilibrio, la utilización del blanco y el negro, la simetría y el infinito frente a lo limitado.

Los críticos también dicen que “es el artista que mejor ha reflejado gráficamente el pensamiento matemático moderno”, “aún sin ser matemático, sus obras muestran un interés y una profunda comprensión de los conceptos geométricos”.

Fuentes:

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me encanta Escher. Me parece que refleja muy bien la ambigüedad de muchos aspectos de la vida. Debemos ser conscientes de que no todo es blanco o negro. En general el blog me parece muy trabajado (una reflexión muy interesante la de la entrada de la fotografía 3D). Seguid así!

Miguel Palma dijo...

prueba

Miguel Palma dijo...

Saben que en Cuernavaca Morelos, México, a 10 minutos del centro, existe un enigmatico muro ondulante que esta dedicado a Escher completamente. Lo construyó el artista inglés John Spencer, quien deseo ser sepultado en medio de su obra. Tardó 30 años en construirlo y lo hice con recursos propios.

entren a la página
www.teteladelmonte.com

Ahí encontrran un video, si desean mas información visiten el www.fotolog.com/johnspencer
o me pueden contactar a mi mail
mpalmavargas@gmail.com

Escribí un libro sobre la barda que ganó el premio CONACULTA.

Mi telefon es 01-777-314-32-70 desde todo México.

Saludos